Es una planta de interior. Las plantas con espinas tienen un aspecto algo amenazador que a veces nos puede hacer dudar ante la posibilidad de cultivarlas…
Es una pena, principalmente si se trata de una especie de apariencia peculiar como la espina de Cristo.
Tengo a esta planta en algunos recuerdos de mi infancia: había una maceta de espinas de Cristo en casa de unos familiares, y cada vez que los visitaba no podía dejar de observarla; me fascinaba ver cómo contrastaban las tiernas hojas de color verde vivo, las delicadas flores y brácteas entre anaranjadas y rojizas, con la rudeza de las espinas.
Sin dudas una belleza de planta, que vale la pena cultivar.
Nombre científico: Euphorbia milii
Nombres comunes: espina de Cristo, corona de espinas
Familia: Euphorbiaceae
Aspecto general: la espina de Cristo, nativa de Madagascar, es un arbusto que puede llegar a medir hasta un metro y medio de altura. Tiene hojas ovaladas, que en su interior contienen un látex tóxico, que no debe entrar en contacto con la piel ni los ojos, ni mucho menos ingerirse. Sus brácteas pueden ser amarillas, rojas o de color naranja, y en su interior albergan unas flores muy diminutas.
Requerimientos de cultivo: aunque puede recibir sol sin ningún problema, para que la especie tenga un desarrollo óptimo lo más aconsejable es que la cultives a semisombra, en suelo de buen drenaje. Sin embargo, resulta fundamental para la floración cultivarla en ambientes de mucha luminosidad, resguardada de las heladas y de temperaturas inferiores a 0º C.
Requerimientos de riego: debe ser moderado, recordando que es una variedad de climas secos. Como en todas las plantas, a mayores temperaturas corresponden riegos más frecuentes, pero cabe recordar que durante el invierno la espina de Cristo casi no necesita mojarse. Y es fundamental, en todas las estaciones, esperar que el sustrato se seque entre dos riegos.
Multiplicación: por esquejes, durante la primavera.
Fuente jardineria.pro
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