Si quieres disfrutar del aroma de lavanda en tu jardín, tienes que
decidirte a cultivar esta planta de la familia de las lamiáceas que
sobresale por su particular fragancia. La lavanda o espliego es, en
realidad, un género que incluye a diversas especies.
Puede
decirse que la lavanda es un arbusto pequeño que vive unos seis años,
presenta hojas de color gris calor y exhibe unas hermosas flores
azuladas y perfumadas. Gracias a su buena resistencia, es posible
plantar lavanda en diversos terrenos, aunque se recomienda suelo
arenoso, buena cantidad de humedad y mucha luz.
Si apelas a los esquejes, debes tomar trozos de
tallos semimaduros de unos diez centímetros y plantarlos en verano. Es
conveniente abonar después de hacer el corte: de esta manera los tallos
nuevos tardarán en hacerse leñosos.
Una vez que incluyas la
lavanda en tu jardín, seguramente te preguntarás cuándo podrás comenzar a
aprovechar las bondades de esta planta, más allá de su función en la
ornamentación y el perfume de los ambientes exteriores. Debes tener en
cuenta que los mejor es recolectar los extremos de los tallos cuando las
flores ya están azules o violetas. Para secarlos, tendrás que colgar
los tallos boca abajo en un lugar fresco y ventilado.
El aroma de
lavanda es muy agradable. Puedes colocar las flores en pequeñas bolsas
de tela y ponerlas entre tu ropa o zapatos. Si quieres crear un perfume
casero, mezcla flores de lavanda, agua destilada, alcohol de 90º,
pétalos de rosa y vinagre de manzana: conseguirás una loción muy
refrescante.
Fuente: floresyjardin.es
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